Tras pasar un vía crucis para sacar a la familia de la guerra, sirio reencuentra a su madre y su hermana en Brasil

El refugiado ha pasado siete años lejos de la familia

Flávia Mantovani
São Paulo

En cada escalón, había un jarrón con flores. En la mesa, humus, esfijas, dátiles  y dulces de pistacho. En la cama, cojines con forma de corazón. En la sala de estar y dormitorio, carteles de bienvenida en árabe y portugués.

El sirio Abdulbasset Jarour, de 28 años, preparó cada rincón de su pequeña casa en la zona oeste de São Paulo para recibir a las nuevas inquilinas: su madre, Khadouj, de 53 años, y su hermana menor, Sedra, de 16.

Las dos eran las únicas integrantes de la familia que aún se encontraban en el país en guerra. Vivían en Alepo, una de las ciudades más afectadas por el grave conflicto que ya dura siete años y que dejó cerca de 500 mil muertos y más de 5 millones de refugiados.

El sirio Abdulbasset Jarour abraza a su madre, Khadouj, y la hermana, Sedra, en el aeropuerto de Guarulhos - Reproducion/TV Folha

Abdo, como es conocido en Brasil, tiene otras cuatro hermanas y un hermano. Todos lograron huir y actualmente están repartidos por el mundo: en Turquía, Irak, Líbano, Alemania y Canadá. Su padre desapareció en 2015, en medio de los enfrentamientos y él presume que está muerto.

Folha fue testigo  del reencuentro de la familia el domingo 16 de diciembre en el aeropuerto de Guarulhos. Rodeado de amigos que fueron hasta allí para presenciar la llegada, el sirio alternaba nerviosismo y euforia.

"Estoy siendo ahora el hombre más 'felicidad' del mundo. Conquistar este sueño es increíble. Siempre pensé que sería muy difícil, pero no ... ¿cómo se llama esa palabra? Imposible", dijo Abdo, que se comunica bien en portugués, pero conserva el acento.

Desde que llegó a Brasil, en 2014, Abdo se enfrentó a una saga para sacar a la madre y a la hermana de la guerra. Fueron varios intentos, sin éxito. "La situación allí estaba muy complicada", cuenta.

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

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