El padre del canciller brasileño evitó la extradición de un nazi

En 1978, Henrique Araújo negó el pedidos de 3 países que pretendían juzgar a Gustav Wagner, escondido en Brasil

En 1978, durante la dictadura militar, el entonces fiscal general de la República, Henrique Fonseca de Araújo, obstaculizó la extradición de un nazi culpable de 250 mil muertes entre 1942 y 1943.

Elegido para el cargo por el general Ernesto Geisel, ofreció opiniones negativas a la extradición de Gustav Franz Wagner. Fallecido en 1996, el fiscal es padre del ministro de Relaciones Exteriores, Ernesto Araújo, nominado por Jair Bolsonaro (PSL).

Folha intentó innumerables entrar en contacto con el canciller, que informó el lunes que se pronunciará posteriormente, por escrito.

Gustav Wagner, nazi que huyó a Brasil tras la Segunda Guerra Mundial y murió en 1980 en São Paulo

Wagner era el subcomandante del campo de concentración Sobibor, en la Polonia ocupada por los nazis. El olor nauseabundo de los cuerpos de judíos incinerados era lo primero que sentían los prisioneros que llegaban al lugar.

La práctica de canibalismo en el campo era común, pues los soldados ofrecían restos de los muertos a los presos. Estos se enfrentaban a escenas como la de un bebé fusilado en el regazo de la madre, según el testimonio de la superviviente Esther Raab.

Raab identificó al hombre que disparó al niño: Wagner, la ‘bestia humana’.

"Fue uno de los más temidos Sobibor nazi", dijo a Folha Chris Webb, autor de "El campo de exterminio de Sobibor" (Columbia University Press, 2017, sin traducción al portugués).

"Los prisioneros intentaban no cruzarse en su camino, temiendo su crueldad, dado su papel en Sobibor, debería haber sido extraditado, es una vergüenza que no lo haya sido", agregó.

Después de la Segunda Guerra, Wagner huyó para evitar ser capturado. Sin embargo, fue descubierto en Brasil, en 1978, por el célebre cazador de nazis Simon Wiesenthal, que contó con la ayuda del periodista Mario Chimanovich.

El reportero publicó un reportaje en el Jornal do Brasil afirmando que Wiesenthal había reconocido a Wagner en una fotografía de una conmemoración del aniversario de Adolf Hitler en el Hotel Tyll, en Itatiaia, en Río de Janeiro. Se trataba, en realidad, de una estrategia para que el nazi fuera capturado, porque en realidad no aparecía en la fotografía.

Wagner, de 67 años, acabó presentándose a la policía, temiendo ser capturado por el Mossad, servicio secreto de Israel, como ocurrió con el nazi Adolf Eichmann, en 1960, en Argentina.

El caso de Wagner en Brasil ocupó las primeras páginas de periódicos internacionales y se convirtió en asunto de embajadas. Varios países pidieron a Brasil la extradición del nazi, para que fuera juzgado por genocidio.

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

Lea el artículo original