Familiares de las víctimas denuncian torturas durante la operación policial que mató a 13 personas en Río

Testigos denuncian que los asesinatos se produjeron tras la rendición de los sospechosos

Rio de Janeiro

​​Nos llamaron zorras. Nos dijeron que mataron a diez y que matarían a veinte más. Entraron en mi casa preguntando si yo era drogadicta. No dejaron a los vecinos salir de la favela ni siquiera para ir al médico. Se escuchaba gritos: "socorro", "no me mates".

Estos fueron algunos de los relatos de vecinos del cerro del Fallet, en el centro de Río, escenario de la operación de la Policía Militar que dejó al menos 13 muertos el pasado viernes (8).

El martes, vecinos y familiares de los asesinados participaron en una reunión con la Defensoría del Estado.

Un hombre camina por la casa donde se produjeron los asesinatos - REUTERS

Durante el encuentro, los familiares de las víctimas, volvieron a declarar que las muertes se produjeron cuando los sospechosos ya se habían rendido.

La Policía Militar, sin embargo, afirma que se produjo un enfrentamiento con los traficantes.

Los vecinos no niegan que los familiares estuvieran metidos en el tráfico de drogas, pero sostienen que deberían haber sido arrestados y no asesinados.

Pedro Strozenberg,  de la Defensoría Pública, afirma que los indicios apuntan a un escenario que podría haberse evitado. "Es una operación que tiene muchos fallos", dice.

De acuerdo con Strozenberg, las  versiones de los testigos son bastante firmes y coinciden con las mutilaciones halladas en los cuerpos.

Un hombre que no quiso ser identificado, tío de dos de los fallecidos, uno de 16 años y otro de 18, declaró que los policías apuñalaron a los sospechosos después de dispararles en las piernas, para impedir que huyeran.

El informes incluye que los cadáveres presentan signos de palizas y traumatismos craneales. De acuerdo con los testigos, los agentes no dejaron que nadie se acercara a la casa en la que se produjeron la mayoría de las muertes. Posteriormente vieron a los agentes sacando los cuerpos a toda prisa.

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

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