La empleada doméstica Lilian Eunice de Lima, de 38 años, es una de las madres de la Escuela Estatal Raúl Brasil, en Suzano (SP), con la salud mental comprometida tras la masacre que mató a ocho personas e hirió a otras 11, entre estudiantes, funcionarias y un empresario.
Lilian, la madre de un adolescente de 13 años que cursa español en el Centro de Lenguas del colegio, dice que su estructura emocional se deshizo tras las sucesivas crisis de ansiedad sufridas. "Empecé a tener compulsión por comida, me falta el aire, siento presión en el pecho y desarrollé psoriasis [inflamación en la piel].
"Cada vez que mi hijo se va al colegio, me pongo nerviosa, lloro mucho y tengo miedo, pero me he entregado a las manos de Dios", afirma.
A Lilian se aconsejó buscar el apoyo de un psiquiatra. No onstante, consiguió se atendida el jueves (25) porque, según ella, se quejó de la primera dama de la ciudad a través de las redes sociales.
"No contrataron a psicólogos y tenemos pocos psiquiatras en las UBS [Unidades Básicas de Salud]. La atención a las familias de Raúl Brasil debería ser una prioridad, pero estamos siendo tratados con descuido", reclama.
Según la Secretaría de Sanidad de Suzano, 1.179 personas afectadas de alguna forma por la tragedia buscaron atención y esperan recibir apoyo psicológico en los Caps (Centros de Atención Psicosocial) del municipio.
39 días después de la masacre, la Secretaría informa que al menos 185 personas afectadas directamente por el atentado han sido atendidas. En ese grupo están los núcleos familiares de las víctimas y de los supervivientes.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA