Con la derecha dividida, las manifestaciones pro-gobierno Bolsonaro celebradas el domingo, en varias ciudades del país, exaltaron proyectos formulados por los ministros Sergio Moro (Justicia) y Paulo Guedes (Economía) y concentraron las críticas en los partidos de centro, algo que ya era esperado, por el presidente de la Cámara de los Diputados, Rodrigo Maia (DEM-RJ).
Las manifestaciones fueron apoyadas por el propio presidente Jair Bolsonaro (PSL), que, a pesar de las recomendaciones de integrantes del gobierno para que mantuviera distancia, estimuló la movilización al publicar imágenes en redes sociales y decir que era un "recado a aquellos que conservan viejas prácticas”.
Al llevar a miles de personas a las calles en al menos 140 ciudades, las manifestaciones superaron la expectativa de aliados del gobierno en medio de la crisis de identidad por la que pasa la derecha y el temor al fracaso debido al desgaste popular de Bolsonaro, ya en los primeros meses de mandato.
En los principales puntos de encuentro, como la avenida Paulista, en São Paulo, los participantes ocuparon varias manzanas pero muy dispersos, lo que hizo posible el desplazamiento sin dificultad.
En Brasilia, los congresistas destacaron que Bolsonaro hizo una demostración de fuerza en algunas ciudades de Sudeste y del Sur, no obstante, las movilizaciones consiguieron una participación muy por debajo de las protestas anti-gobierno.
En São Paulo, la marcha se destacó por la defensa de las reformas más que por la figura del presidente Bolsonaro.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA