WhatsApp admite por primera vez el envío masivo ilegal de mensajes en Brasil durante las elecciones de 2018

La aplicación de mensajería también condena a los grupos públicos a los que se accede mediante enlaces

Medellín

WhatsApp admitió por primera vez que en las elecciones brasileñas de 2018 fueron utilizados envíos masivos de mensajes, con sistemas automatizados contratados por empresas.

"En las elecciones brasileñas del año pasado, actuaron empresas de suministros de envíos de mensajes masivos, que violaban nuestros términos de uso, con el fin de llegar a un gran número de personas", dijo Ben Supple, gerente de políticas públicas y elecciones globales de WhatsApp, en un discurso. en el Festival Gabo.

WhatsApp admite por primera vez el envío masivo ilegal en Brasil durante las elecciones de 2018 - REUTERS

Una serie de reportajes publicados por Folha desde octubre del año pasado, reveló que durante la campaña electoral, se contrataron agencias de marketing encargadas de envíar mensajes políticos de forma masiva, utilizando de manera fraudulenta la identidad de personas en edad avanzada e incluso contratando compañías extranjeras.

Uno de los artículos reveló que empresarios que apoyaban al entonces candidato Jair Bolsonaro (PSL) financiaron el disparo masivo de mensajes contra el petista Fernando Haddad, que fue derrotado en las urnas poco después y también multado por el Tribunal Superior Electoral por impulsar incorrectamente contenido contra su entonces adversario.

El TSE prohíbe el uso de herramientas de automatización como el software de disparo masivo. Además, como mostró Folha, los empresarios contrataron envíos a favor y en contra de los candidatos, sin declarar estos gastos ante el Tribunal Electoral, lo que constituye un delito de financiación ilegal de campaña.

En el mismo evento, el ejecutivo de WhatsApp condenó a los grupos públicos hospedados en la plataforma, que distribuyen contenido político, principalmente los relacionado con el gobierno de Bolsonaro, y a los que se accede a través de enlaces.

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

Lea el artículo original