El presidente Jair Bolsonaro está considerando destituir al ministro de Sanidad, Luiz Henrique Mandetta, para reemplazarlo con un técnico que defienda el uso de hidroxicloroquina en el tratamiento de pacientes con covid-19, pero una parte del consejo de ministros actúa para que no coloque su plan en práctica.
Miembros del llamado núcleo de gobierno moderado, que incluye a los militares, hablaron el lunes (6) con Bolsonaro en un intento de quietarle de la cabeza la idea de exonerar a Mandetta a corto plazo. Conversando con su círculo más íntimo, el presidente llegó a decir que la situación era insostenible.
No obstante, por la noche Mandetta informó que permanecerá en el cargo. "Continuaremos enfrentando a nuestro enemigo, cuyo nombre y apellido es Covid-19. Tenemos una sociedad para luchar y proteger, un médico no abandona a un paciente y yo no lo abandonaré", dijo en una rueda de prensa después de reunirse con Bolsonaro y otros ministros del Ejecutivo.
En principio, la presión a favor de Mandetta ha surtido efecto. Los ministros de fuera del Palacio de Planalto estaban preocupados por la reunión ministerial convocada por Bolsonaro a última hora de la tarde del lunes, y temían que anunciara la salida del titular de Sanidad.
La reunión se celebró sumida en una tensa atmósfera, según testigos, pero el mandatario no mostró signos de una próxima renuncia.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA