Con un mes en el cargo del Ministerio de Sanidad en calidad de interino, el general Eduardo Pazuello ya dio dos señales: si, por un lado, ganó la simpatía de los secretarios de estado para permanecer en la cartera, por otro lado, contribuyó a la crisis de confianza sin precedentes que atraviesa el gobierno brasileño por la gestión de la pandemia del coronavirus.
El apagón de los datos oficiales de la página web del Ministerio generó fuerte repercusión en el territorio nacional y fuera de Brasil, haciendo que el país desapareciera temporalmente de los rankings elaborados por universidades respetadas como Johns Hopkins.
En medio de esta crisis, los militares están preocupados debido al desgaste de imagen que intentaban construir como ala moderada del gobierno de Jair Bolsonaro.
Los uniformados buscan reforzar la impresión de que fue el grupo el que logró convencer al presidente a dar marcha atrás en determinadas actitudes, cuando minimizaba el impacto de la pandemia en el país.
La entrega de Sanidad al general, después de que dos ministros destituidos en pleno empeoramiento de la crisis.
Tan pronto como asumió el cargo, Pazuello comenzó a cumplir las demandas del presidente contra las recomendaciones de la Ciencia, algo que sus predecesores se negaron a cumplir.
Responsables de la gestión del Sistema de Salud Público a nivel local, las secretarías se quejaron de que habían sido dejadas de lado en cuanto a las decisiones tomadas por la cartera en los últimos meses e incluso habían interrumpido las reuniones diarias. Con el acercamiento, se reanudaron las reuniones.
El grupo describe a Pazuello como alguien de fácil acceso y que trata de satisfacer las demandas.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA