En 2020, los brasileños sufrieron no solo las pérdidas de la covid, sino también un aumento del 4% de muertes violentas, interrumpiendo dos años de bajada de este índice. En total fueron 50.033 víctimas, cuyo mayor porcentaje vino de los estados del Nordeste.
Los datos se desprenden del 15º anuario del Foro Brasileño de Seguridad Pública. Las muertes violentas intencionales, según los criterios del informe, son la suma de los homicidios intencionales (83% del total de la categoría y que subió un 5,3%), robo, agresiones que derivan en muertes, feminicidio y muertes por intervención policial.
Entre las víctimas, el 78% murió víctima de un arma de fuego. En diciembre de 2020, Brasil llegó la cifra de 2.077.126 armas legales en manos de particulares, o sea, 1 por cada 100 brasileños.
Las cifras apuntan a una escalada en el acceso y circulación de armas particulares en los últimos años, tras la aprobación de medidas durante el gobierno de Bolsonaro que flexibilizan su acceso el gobierno de Jair Bolsonaro (no partido).
El aislamiento social impuesto por el virus resultó en una disminución de los delitos contra la propiedad, pero no pudo detener los homicidios e incluso puede haber influido en su aumento. El desempleo y el empeoramiento de la salud mental son hipótesis para el aumento de los delitos interpersonales.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA