En tres años y cinco meses de gobierno, el presidente Jair Bolsonaro (PL) aprovechó una serie de vacaciones, días libres autoconcedidos y jornadas normales de trabajo para convertirlas en ocio o prácticas sin relación exacta con el cargo que ocupa.
Temporadas en las costas de São Paulo, Santa Catarina y Bahía, presencia en partidos de fútbol, paseos en moto, a caballo,en lancha y similares produjeron una profusión de imágenes del presidente conduciendo motos acuáticas, motocicletas, a caballo, divirtiéndose en estadios de fútbol, parques de atracciones, restaurantes o disfrutando de un día soleado en las playas de la costa brasileña.
Según la última encuesta de Datafolha, el 48% de la población desaprueba su gestión.
En estos casi tres años y medio, Bolsonaro salió 15 veces de Brasilia para disfrutar de vacaciones y festivos en las costas de São Paulo, Santa Catarina y Bahía. En el mismo período de su primer mandato, Luiz Inácio Lula da Silva (PT) lo hizo en tres ocasiones. Dilma Rousseff (PT), en siete.
Folha envió preguntas a la Presidencia de la República sobre la rutina del presidente, pero no obtuvo respuesta.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA