Narrando los desafíos de la vida adulta, el traslado de Porto Alegre (RS) a São Paulo (SP) y la conquista de la independencia, la influenciadora Jordana Vucetic, de 19 años, cuenta con 1,4 millones de seguidores en Instagram y 3,8 millones en TikTok.
En estas plataformas, el contenido de Jordana responsable de su éxito versa sobre su conversión al cristianismo.
Comenzó a ganar seguidores en internet a los 13 años. "Mi perfil se centraba en mi apariencia física, con fotos en bikini y videos de fiestas. Esto me causó grandes daños", dice. "Jugadores de fútbol me llamaban, interesados sexualmente en mí, incluso conociendo mi edad".
Su primer contacto con la doctrina evangélica fue durante una relación a los 15 años, cuando recibió una Biblia de la tía del chico.
Actualmente, su principal objetivo es demostrar una vida devota a Jesús, reconociendo sus fallos y enfatizando la intención de seguir las pautas bíblicas.
No obstante, el impacto del cambio de su estilo de vida fue bastante negativo, dice Jordana, perdiendo más de 100.000 seguidores en aquella época.
A partir de entonces, entró en el mundo de influencers evangélicos. Pero, como en cualquier otro nicho del mundo del entretenimiento virtual, existen rivalidades.
Específicamente en TikTok, la "disputa gospel", como la llaman los usuarios, comenzó cuando Jordana habló sobre su graduación en derecho y otras cuentas evangélicas argumentaron que estaba siendo adoctrinada y que se alejaría de la palabra sagrada.
"Discrepo completamente, es una cuestión de convicciones personales. Retén lo que es bueno y descarta lo que no te sirve", afirma ella, que fue llamada por un perfil en TikTok "titiritero de la izquierda". Para ella, estas críticas provienen de personas que tienen una visión reduccionista de la fe y una visión fundamentalista de la religión.
Jordana asiste a la Iglesia Presbiteriana de Brasil, que sigue la orientación calvinista, es decir, cree en la soberanía divina como fuente de salvación más allá de la conducta humana.
En general, la influenciadora tiene una buena relación con su público. En los comentarios, muchas personas dicen que fueron influenciadas y optaron por volver a la iglesia evangélica, tener una experiencia cristiana o incluso seguir sin religión pero apreciar el tono moderado que ella comparte.
"No hay razón para demonizar las redes sociales. Son herramientas que el Señor nos ha dado para expandir el reino de Dios".
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA