Muchas veces los apuros por los que pasan pacientes oncológicos no se limitan al cáncer y a los órganos que la enfermedad adolece. Incluso cuando el tumor ya ha sido extirpado, las heridas psicológicas pueden seguir atormentando a los afectados.
Servicios de medicina integrativa como el del hospital Albert Einstein, en São Paulo, ayudan a los pacientes a ver la vida desde una perspectiva más positiva.
La medicina ha asumido la interacción entre la mente y la salud física, concluyendo que un buen estado mental influye en la producción de hormonas y en la función del sistema inmunológico, que podría defender el cuerpo ante la aparición de nuevos tumores.
"El coach ayuda al paciente a identificar en qué momento se encuentra y a elegir lo que él realmente quiere. No damos una receta con diez ítems: haga actividad física, coma bien, etc., y se la entrega al paciente, sin preguntarle si es eso lo que desea", explica Denise Tiemi, oncóloga y coordinadora del programa Survivorship de Einstein.
"Creo que todo el mundo [que tiene cáncer] debería pasar por la medicina integrativa. Había perdido completamente el norte y no servía de nada tratar apenas el riñón, alguien tenía que tratarme entero", recuerda Leonardo (nombre ficticio), de 36 años, cuyo tumor fue extirpado.
La idea del programa, explica el cirujano-dentista de formación y coach Ricardo Lima, del Hospital Paulistano, es ayudar al paciente a tomar decisiones importantes relativas a la vida personal y profesional o bien organizar su rutina y lidiar con el estrés. "Muchas nuevas metas pueden surgir a lo largo del tratamiento", dice Lima.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA