Kit ayuda a los niños con cáncer a entender y enfrentarse a la enfermedad

Los recursos del kit ayudan a disminuir el estrés de los procedimientos y mejoran la comunicación del niño con el equipo médico

Jairo Marques
São Paulo

Ellos tienen entre 5 y 10 años, pero ya se concentran mientras preparan una inyección o le hacen un vendaje a los muñecos. Saben lo que es auscultar el corazón, el acceso intravenoso y la punción.

Walace, de 6 años, Fabrício, de 5, y Anderson, de 10, se enfrentan a tipos severos de cáncer de sangre en el hospital estadual Darcy Vargas, en São Paulo, pero tienen a su disposición el poderoso 'kit dodoi' (en español kit malito) que los ayuda a entender el arduo camino que deben seguir hacia la cura, sus dolores y su miedo a hospitales.

El recurso lúdico, didáctico y de entretenimiento que utiliza personajes creados por el diseñador Mauricio de Sousa, de 83 años, ya está disponible en 40 unidades oncológicas infantiles del país y ha sido entregado a 5.000 niños por la Asociación Brasileña de Linfoma y Leucemia, que ahora se prepara para expandir el proyecto a otros 3.000 pequeños con cáncer.

Anderson, Wallace y Fabrício juegan con los muñecos del kit - Karime Xavier/Folhapress

Una de las principales finalidades del kit -que cuenta con mochila, muñeco estilizado de Mónica o de Cebolinha, varios juguetes de materiales médicos, juegos, cartillas y hasta un "medidor del nivel de dolor" - es preparar a los menores de cara a las fases del tratamiento al que se van a ser sometidos y transmitirles confianza sin apelar al "sólo será un pinchazo rápido".

Para la enfermera Sandra Dias, de 45 años, del hospital Darcy Vargas, los recursos del kit ayudan a disminuir el estrés de los procedimientos y mejoran la comunicación del niño con el equipo médico.

"Uno de los retornos que siempre tenemos es que el kit abre puertas a la comunicación. Como el niño se ausenta de la escuela, de los amigos y de familiares por largos períodos de tiempo, el kit con juegos, juguetes y cartillas explica que este alejamiento se debe a los cuidados específicos que necesitan", cuenta Merula Steagall, de 52 años, presidenta de Abrale.

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

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