Estadounidense quiere salvar el bosque con la venta de pescado con denominación de origen de Amazonia

El Proyecto Piaba intenta recuperar el mercado brasileño de peces ornamentales e impedir que los criadores emigren a la ganadería

Proyecto Piaba

Barcelos (AM)

Scott Dowd, de 52 años, es siempre el primero en entrar y el último en salir de las aguas de los igarapés y lagos de alrededor del río Negro. La pasión por los piabas (peces ornamentales) de este biólogo nacido en Weymouth (Massachusetts, Estados Unidos) es apenas menor que la esperanza de que los pianeros de la Amazonia sobrevivan.

En el arsenal reunido por Dowd para rescatar una actividad que ya fue la principal de Barcelos figuran el lema "compre un pescado y salve un árbol", un documental y lo que alardea como primer producto vivo del mundo a contar con denominación de origen.

El americano Scott Dowd responsable del Proyecto Piaba

Es posible también que se trate de la menor mercancía reconocida por el Instituto Nacional de Propiedad Intelectual (Inpi).

Hay algo de quijotesco en el Proyecto Piaba, que Dowd dirige desde Boston, donde trabaja como biólogo conservacionista en el Acuario de Nueva Inglaterra. Cerca de 6.000 kilómetros lo separan de Barcelos, la "capital brasileña de los peces ornamentales" donde recogió los datos para la redacción de su tesis hace 16 años.

El biólogo ahora regresa cada año a la ciudad brasileña y a los ríos donde nadan los piabas. Asimismo, lidera dos decenas de extranjeros, en general estadounidenses, en una expedición en barco, apodada "Gringo Doido, que parte de Manaos.

La captura de piabas disminuye desde hace años de los bosques inundados de la cuenca del río Negro. Se estima que durante la segunda mitad del siglo pasado fueron exportados al año hasta 20 millones de peces ornamentales del medio río Negro. En 2018, estas exportaciones fueron de poco más de 3 millones, generando R$ 5,4 millones (US$ 1,45 millones) de facturación.

Es difícil competir con los cardinales de Colombia, donde el transporte es más barato o con las empresas que los crían en Florida o en Asia. Por no hablar de la burocracia: sólo para salir de Brasil se necesitan siete documentos (hay más de 700 especies de peces autorizadas por el Ibama para exportación).

Otra desventaja llega de las condiciones en las que se almacenan y viajan los animales, una situación de estrés que amenaza su salud. La mortalidad de la mercancía brasileña es alta, del 20% aproximadamente.

El Proyecto Piaba reúne varias estrategias para aumentar la calidad y el valor agregado de los piabas del río Negro. Para empezar, el grupo trabaja para perfeccionar la condición sanitaria de los peces, para mejorar su resistencia al estrés.

El periodista Marcelo Leite viajó de Manaos a Barcelos (AM) por invitación del Proyecto Piaba.

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

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