Una cirugía 'crea un atajo' para recuperar la erección de pacientes que sufren disfunción

Médicos de la Unesp de Botucatu construyeron un puente con dos nervios sensitivos de las piernas

São Carlos

Médicos de la Unesp de Botucatu, en el interior paulista, desarrollaron un método quirúrgico que recupera la capacidad de erección de pacientes cuya próstata fue retirada (en general, después de un cáncer) y que no respondían a ningún otro tipo de tratamiento.

El método equivale a una especie de 'atajo' entre nervios responsables de la sensibilidad del pene y ya ha sido probado en al menos 63 pacientes de Brasil y de Europa. Cerca del 60% de ellos experimentaron una recuperación completa de las funciones sexuales, mientras que los demás consiguieron mejoras en la sensibilidad y la capacidad de excitación.

"Hemos logrado hacer un procedimiento poco invasivo, con incisiones de apenas unos centímetros, y recuperación rápida, entre una semana y diez días", exlica el cirujano plástico Fausto Viterbo, coordinador del equipo de investigación.

Ilustración médica muestra la disfunción eréctil - Manu5/Wikimedia Commons

El 'puente' construido por los cirujanos se forma a partir de dos nervios sensitivos (es decir, responsables de transmitir sensaciones, como el toque) de las piernas.

Retirarlos de su lugar original afecta sólo a una región del pie, de apenas 1 cm, que pierde sensibilidad. Divididos por la mitad, estos se cosen al nervio femoral, en la parte anterior del muslo, y a un nervio del pene.

Con ello, se recupera la conexión del órgano sexual con el resto del sistema nervioso, perjudicada por la retirada de la próstata, por los daños sufridos en el nervio cavernoso. "Intentos anteriores se centraban en recuperar la conexión por el propio nervio cavernoso, lo que no daba resultado", comenta el cirujano plástico.

Gracias a la plasticidad de los nervios y del cerebro, que reaprenden a lidiar con los estímulos que transitan por la región, el paciente tiende a volver a tener erecciones normales, sin la necesidad de ningún otro artificio.

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

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