Datos no publicados hasta ahora del Ministerio de Sanidad y obtenidos a través de la Ley de Acceso a la Información y clasificados por Folha revelan que de cada diez niños y adolescentes atendidos en el servicio público de salud tras haber sufrido algún tipo de violencia sexual, cuatro ya habían sufrido este tipo de agresión anteriormente. Los datos son referentes a 2018.
Esta proporción cambia poco en comparación con años anteriores, lo que, según los investigadores, revela la naturaleza permanente del abuso infantil.
La información proviene del Sinan (Sistema de información de incidencias de notificación). Cada vez que un niño o adolescente (hasta 19 años) recibe atención en una unidad de salud por haber sufrido algún tipo de agresión (física, sexual o psicológica, entre otros), el establecimiento es obligado a notificar el caso a las secretarías de sanidad. Lo mismo ocurre para cualquier víctima de violencia sexual, independientemente de su edad.
Asimismo, la base de datos muestra que una de cada tres personas víctimas de violencia sexual es una niña entre 12 y 17 años.
Estas agresiones ocurren más a menudo en el seno del hogar (68%) y tienen al padre del niño (12%), padrastro (12%) u otra persona conocida (26%) como abusador.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA