En Río, las favelas esperan la llegada del coronavirus sin agua y con aglomeraciones

La circulación de residentes disminuyó poco en las comunidades

Júlia Barbon Tércio Teixeira
Rio de Janeiro

La falta de agua y la aglomeración siguen siendo una realidad en las favelas de Río de Janeiro, como Rocinha, Tabajaras (zona sur) y Providência (centro), donde la circulación de personas disminuyó muy poco tras la llegada del coronavirus, que ya ha confirmado 109 casos de la enfermedad.

Las familias que viven en un inmueble que cuenta tan solo con una habitación, el trasiego de trabajadores, los niños en las calles, los comercios abiertos y los bares llenos de gente siguen siendo escenas cotidianas. En Beco do Índio, por ejemplo, una pequeña comunidad en el barrio de Recreio (zona oeste), ni siquiera los vecinos enfermos mantuvieron alejada a la población.

Playa vacía de Ipanema REUTERS/Sergio Moraes - REUTERS

Fue allí que una mujer de 31 años, que no quiso ser identificada, contaba desde su balcón, usando una mascarilla, que estaba aterrorizada desde que comenzó a sufrir fiebre alta, tos, dolores en el cuerpo y dificultad para respirar. La mujer acudió al hospital pero como no había pruebas para la detección del coronavirus, los médicos le recomendaron aislamiento.

"Esta cuarentena es muy selectiva. Quien se las arregla para quedarse en casa está bien. Pero quien dependa del dinero del día para comer tiene que salir. No hay medidas públicas dirigidas a la favela, cuando llegue el virus será como un dominó", dice Cintia Sant'Anna, de 34 años, residente de Morro da Providência.

La única acción ampliamente difundida dirigida a las comunidades hasta el momento ha sido la activación de sirenas de Defensa Civil en 103 áreas, tres veces al día, pidiendo a la población que "combata el coronavirus y evite salir". Más de un quinto de los cariocas vive en favelas, según el censo de 2010.

Hasta el sábado (21), el Estado de Río de Janeiro había registrado tres muertes por coronavirus.

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

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