El gobierno de Jair Bolsonaro trabaja para reactivar un organismo multilateral que reúne a los países que tienen territorio en la región amazónica en un intento por recuperar el papel internacional abandonado desde el inicio de la actual legislatura.
De acuerdo con los interlocutores entrevistados por Folha durante el último año, Brasil ha perdido relevancia en el debate internacional sobre la Amazonia. El puesto fue rápidamente ocupado por la Colombia del presidente Iván Duque.
A raíz de la candente crisis de agosto de 2019, Duque convocó, al mes siguiente, una reunión de líderes de países que tienen territorio amazónico y organizó una cumbre en la ciudad de Leticia (frontera con Brasil).
El colombiano capitalizó políticamente el encuentro, que se transmitió en directo y se llevó a cabo en una choza indígena en la que los líderes recibieron adornos típicos y se sentaron en el suelo.
Bolsonaro participó por videoconferencia y envió al canciller Ernesto Araújo como representante.
El gesto de Duque fue visto por diplomáticos y asesores de gobiernos internacionales como un intento del colombiano de ocupar un vacío dejado por Brasil. Durante el año pasado, argumentaron que no hay razón para que el país con mayor territorio amazónico deba dejar de ser el actor principal en cualquier operación multilateral relacionada con la selva.
El desinterés de Brasil se consideró aún más problemático por el hecho de que Brasilia alberga precisamente la OTCA (Organización del Tratado de Cooperación Amazónica), que en los últimos años ha sido relegada a un segundo nivel y con la que el Gobierno ha acumulado una deuda millonaria por cuotas atrasadas.
Fundada a partir de un convenio internacional firmado en 1978, la entidad está conformada por Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela, y tiene como objetivo articular actividades conjuntas de sus miembros para el desarrollo económico y la preservación del medio ambiente en la región.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA