En 2019, en fincas medianas y grandes se detectaron el 72% de los puntos de calor surgidos en las cuatro regiones críticas más grandes de la Amazonia.
Esta información se desprende del proyecto Cortina de humo, publicado el miércoles (23) por Ambiental Media en colaboración con Pulitzer Center, por medio del Rainforest Journalism Fund.
El trabajo cruzó datos públicos oficiales sobre deforestación e incendios, detectados por el Inpe, con el Registro Ambiental Rural (CAR), que recoge declaraciones de propietarios rurales sobre la superficie de sus propiedades.
Los mayores cuatro puntos críticos de deforestación, Altamira (PA), São Félix do Xingu (PA), Porto Velho (RO) y Lábrea (AM), fueron los responsables del 17,5% de la tala en la Amazonia Legal entre agosto de 2018 y julio de 2019. Asimismo, encabezan la lista de municipios con más focos de calor en 2019, según Banco de datos de quemas del Inpe.
El hecho de que municipios se sitúen en el ranking de deforestación y a su vez de incendios revela una concentración de áreas devastadas en grandes propiedades, diferente a lo que que declaró el presidente Jair Bolsonaro en la Asamblea General de la ONU el martes (22), cuando culpó a los indios y caboclos por los fuegos en la Amazonia.
Al considerar toda la Amazonía Legal (área que engloba nueve estados brasileños en su totalidad y uno parcialmente, pertenecientes a la Cuenca amazónica y el área de ocurrencia de las vegetaciones amazónicas), la responsabilidad de las quemas está más repartidas: el 50% de las quemas se produjeron en fincas medianas y grandes en el primer semestre de 2020 y solo el 10% en propiedades pequeñas, según un informe técnico del Ipam (Instituto de Pesquisa Ambiental).
Los asentamientos rurales y las tierras indígenas representan, respectivamente, el 11% y el 12% de las quemas en este período, mientras que otro 8% de los focos de calor se han producido en tierras públicas, lo que indica acaparamiento de tierras.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA