La madrugada del 3 de marzo, el pescador Louismar da Silva subió en su bote por el río Jauru, como lo hace desde hace cuatro décadas a la altura de Porto Espiridião, a 323 km de Cuiabá.
Cinco horas después, regresó con una especie de bagre que normalmente devuelve al agua. Pero aquel día, por primera vez, decidió comerlo y no le gustó.
Desde que era niño y comenzó a aventurarse en Jauru, Silva, de 50 años, calcula que la cantidad de peces ha disminuido en un 70%.
Toda el agua que inunda el Pantanal, la llanura aluvial más grande del mundo, proviene de la meseta circundante, dominada por la agroindustria.
Folha recorrió 1.143 km de la parte de Mato Grosso de la Cuenca del Alto Paraguay (BAP). En medio de pastos y plantaciones de maíz y soja, fragmentos de vegetación nativa y plantas hidroeléctricas, se encuentran los nacimientos de los principales humedales, incluido el más importante, el Paraguay.
Para los especialistas, no hay manera de preservar el Pantanal sin tener en cuenta todo el BAP, una región de 600.000 km2 que comparten Brasil, Paraguay y Bolivia.
"La cuenca debe verse como un todo", dice el investigador Ibraim Fantin, del Departamento de Ingeniería Sanitaria y Ambiental de la Universidad Federal de Mato Grosso. "Si el agua que viene de arriba no llega al Pantanal, el sistema se verá comprometido”.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA