Profesora de inglés en una escuela pública de Vinhedo (SP), Virgínia Ferreira aprovechó la semana del Día Internacional de la Mujer, en marzo de 2019, y pidió a estudiantes de octavo grado una estudio sobre feminismo y violencia de género. La iniciativa le valió la acusación, por parte de otros funcionarios, de "adoctrinamiento", dos expedientes disciplinarios y una serie de amenazas y ataques a su reputación en las redes sociales.
Ferreira es una de las muchas docentes brasileñas que son avergonzadas, acosadas o incluso castigadas por tratar temas de sexualidad y género en aulas públicas en un país donde parte de la sociedad y la clase política desacreditan y rechazan la educación sexual y de género.
Según un informe de la ONG internacional Human Rights Watch (HWR) publicado este jueves (12), Brasil vive una campaña legislativa y política en las tres esferas de gobierno —federal, estatal y municipal— que ha debilitado o incluso prohibido la educación en Género y sexualidad en las escuelas.
El documento se basa en un análisis de 217 proyectos de ley presentados y leyes aprobadas entre 2014 y 2022, y en 56 entrevistas a docentes y expertos en educación, incluidos representantes de secretarías estatales de educación, sindicatos y organizaciones de la sociedad civil.
Los proyectos y leyes aprobados tienen como objetivo prohibir directa o indirectamente, o incluso criminalizar, la educación sobre género y sexualidad. Entre otras tácticas está la prohibición de conceptos clave como "género" y "orientación sexual" en todas las áreas de la educación.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA