Como verdaderas colonias sumergidas en el agua, los arrecifes de corales tienen un papel fundamental como refugio para las especies marinas, ya que en ellos se encuentran el 65% de los peces del mar. Garantizar la preservación, la reproducción y la recuperación de estos seres vivos amenazados por los cambios climáticos se ha convertido en un desafío para los ambientalistas.
En el litoral de Pernambuco, los tanques en laboratorios y las "fábricas" en el fondo del mar se han convertido en refugios para criar corales que luego se trasladan a otros puntos de la costa del Nordeste.
En Brasil, los corales ocupan aproximadamente 3.000 km a lo largo de la costa. Solo desde el sur de Bahía hasta Maranhão, se encuentran en un espacio de aproximadamente 170 km2.
Una de las áreas de protección ambiental marina del país está ubicada en Tamandaré, en la costa sur de Pernambuco, a 104 km de Recife. La ciudad también alberga el Cepene (Centro de Pesquisa e Conservação da Biodiversidade Marinha do Nordeste), donde biólogos y oceanógrafos trabajan en el monitoreo de la biodiversidad local.
Denominada Área de Proteção Ambiental Costa dos Corais, es la mayor unidad de conservación marina costera federal de Brasil, fundada en 1997. Su área abarca más de 4.000 km2, a lo largo de 120 km de playas y manglares.