Dibujos y diseños de las joyas modernistas de Niemeyer, de la Pampulha a Brasilia, el MuBE de Paulo Mendes da Rocha, el Masp de Lina Bo Bardi, la FAU de Vilanova Artigas y casi un centenar de otros proyectos que marcaron la forma de pensar el espacio en Brasil.
Son los 3.000 ítems de 200 colecciones distintas que acaban de ser donados por los autores brasileños y sus herederos a la Casa de la Arquitectura, museo que ocupa una antigua vinícola en Matosinhos, a las afueras de Oporto. A partir de ahora, el inmueble luso albergará uno de los mayores archivos históricos del mundo de la arquitectura de Brasil, compitiendo tanto en cantidad como en importancia con colecciones expuestas en São Paulo y Río de Janeiro.
Aunque el acuerdo estaba siendo tratado desde hace años, la donación se produce justo en un momento en el que se calculan las pérdidas provocadas por el incendio del Museo Nacional. Lo que en otros tiempos el traslado de la colección podría ser el detonador de una polémica, hoy la decisión es recibida con alivio, pues todo indica que las obras estarán bien conservadas.
"Si alguien entra con un cigarrillo encendido aquí, se apaga", cuenta Ana Felipe, responsable del almacenaje de las piezas, en una visita a los archivos. "Estas salas tienen un ambiente controlado, tienen menos oxígeno de lo normal".
"Nada estaba en las condiciones mínimas de almacenamiento. Daba miedo, muy triste", dice el arquitecto Francesco Perrotta-Bosch, que organizó las obras donadas al museo portugués. "Las colecciones de arquitectura en Brasil dejan a desear en términos de conservación. El país todavía necesita evolucionar mucho en este aspecto".
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA