La participación de Brasil en la ronda de negocios del Festival de Cannes abrió una brecha entre el Gobierno y parte del sector cinematográfico, concretamente con los integrantes del sindicato paulista audiovisual.
La Apex (Agencia Brasileña de Promoción de Exportaciones e Inversiones) no renovó el convenio del programa Cinema do Brasil, que es liderado por nombres de la industria, y decidió que dirigirá por su cuenta las actividades del sector en la muestra francesa, la más importante del género.
La decisión causó malestar en el medio. Desde 2006, el proyecto, gestionado por integrantes del sector audiovisual, mantiene un stand en Cannes y realiza encuentros entre productores brasileños y socios internacionales, además de divulgar producciones rodadas en el país para posibles interesados en distribuirlas en sus países. La Apex era una de las patrocinadoras.
Incluso sin contar con el apoyo este año, el programa negoció con la dirección del festival su participación en la edición de 2019, que comienza en mayo. El stand está asegurado y las actividades de promoción también.
El problema es que la agencia busca ocupar el espacio y centralizar estas acciones.
"Apex no es socia ni inventora del programa, ahora quiere asumir el stand que pagamos y hacernos trabajar de forma gratuita para ella", dice André Sturm, idealizador del Cinema do Brasil. "Un stand en Cannes no es como un stand en una feria del automóvil, se necesita experiencia para gestionar estos negocios".
Por su parte, la agencia asegura que tiene "a personal especializados en el sector de economía creativa y audiovisual" y que el trabajo se llevará a cabo siguiendo los modelos de la participación brasileña en eventos internacionales recientes, como la Semana de Diseño de Milán y el festival SXSW, en Texas.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA