"Técnicas para soltar la cadera y sambar en la cara de la sociedad. Un entrenamiento al ritmo de funk y otros ritmos afros con el objetivo de estimular la sexualidad, la sensualidad y la improvisación”.
Esta es la propuesta, anunciada en un flyer del Taller Afrofunk, unas clases que se han convertido en un éxito entre mujeres en Río de Janeiro y que llegó en abril a São Paulo.
Durante dos horas de clase, la actriz y bailarina carioca Taísa Machado, de 30 años, enseña a alumnas y algunos pocos alumnos a reproducir pasos de danza en los que se destaca el movimiento de la pelvis.
Para Taís, las discusiones feministas de los últimos años y la mayor oferta de funks que explotan puntos de vista femeninos han hecho que sus clases sean cada vez más demandadas.
"Me doy cuenta que existe cada vez más interés en lidiar con la energía sexual de una forma más relajada, sin neurosis. Las mujeres quieren sentirse atractivas y libidinosas", explica.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA