Un jubilado construye desde hace 35 años un castillo en medio del campo en Rio Grande do Norte

La construcción inacabada de José Antonio Barreto, de 87 años, está abierta al público desde hace siete años

Sítio Novo (RN)

En medio de la nada, en lo alto de una roca escondida en la Sierra de la Tapuia, en Rio Grande do Norte, un castillo con rasgos de arquitectura islámica está siendo erigido desde hace 35 años.

La obra aún inacabada, con 150 torres de varios tamaños, 13 laberintos y cuatro plantas, es el principal objetivo de vida del sargento jubilado del Ejército José Antonio Barreto, 87, el Zé dos Montes.

Para visitar el castillo hay que abonar R$ 10. Foto: Zanone Fraissat - Folhapress / COTIDIANO) - Zanone Fraissat

El proyecto nunca estuvo plasmado en papel. No existen planos arquitectónicos, cálculo de ingeniería ni cronograma de construcción.

"Sólo existe dentro de su cabeza. Salió todo de su imaginación. Siempre ha dicho que no necesita el dibujo. Nunca estudió nada al respecto. Apenas anotaba cuánto había gastado de cemento y ladrillo", dice, con orgullo, el hijo Joseildo Gomes de Oliveira Barreto, hoy en día, responsable de la administración del local.

Por detrás de la construcción que despierta la curiosidad de quien ve las torres perforar el cielo, en medio de un paisaje indescriptible y un silencio interrumpido sólo por el ruido de la fauna, hay una historia mítica y religiosa.

Todo comenzó cuando su Zé dos Montes era niño. Cuenta que a los ocho años, tuvo una visión mientras estaba cogiendo leña en medio del bosque, en el municipio de Pedro Avelino.

Una mujer se le apareció delante y le pidió que construyese una capilla. Asustado, volvió a casa corriendo, no obstante, no contó nada a sus padres.

Hace apenas siete años, el local fue abierto al público. "No lo hizo para que se convirtiera en un punto turístico. Nunca le gustó eso. Nunca obtuvo incentivo para nada", explica el hijo.

Actualmente, para entrar hay que abonar R$ 10. No hay días concretos ni horarios establecidos,  por lo tanto, es necesario concertar  la visita con antelación. El hijo administra un restaurante al lado, que sólo atiende a clientes los fines de semana.

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

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