En el contexto actual, los centros culturales brasileños muestran cautela al abordar el periodo de la dictadura

La exposición sobre la vida de Vladimir Herzog excluye la imagen del falso suicidio

Escriba Vladimir Herzog en Google. La primera imagen que aparece es la de un hombre colgado por un jirón de tela atado a la verja de una celda.

El periodista acababa de asumir el cargo de director de TV Cultura cuando fue convocado para testificar en el DOI-Codi en São Paulo, acusado de mantener relación  con comunistas. Fue torturado y asesinado durante el interrogatorio.

La fotografía que representa un presunto suicidio fue falsificada por los oficiales y se convirtió en un símbolo de la lucha contra las prácticas del régimen militar y defensa de los derechos humanos.

No obstante, no aparece en la exposición sobre el periodista que Itaú Cultural acaba de inaugurar. Más bien, la muestra destaca la figura de padre y esposo dedicado, fotógrafo oficial de la familia,  editor de la revista Visão, preocupada por el acceso a la cultura en el país, y cineasta en proceso.

La muestra tiene lugar en un momento en el que la dictadura militar es el blanco de disputas historiográficas entre izquierda y derecha.

Los representantes del segundo espectro, el presidente Jair Bolsonaro entre ellos, se dividen entre quienes defienden el régimen de excepción como inevitable en aquel momento contra una amenaza comunista  y quienes directamente dudan de su existencia.

Este es un intento de reescribir la historia que ha provocado que los museos y las instituciones culturales, especialmente aquellos que dependen de las leyes de incentivos fiscales, redoblen su atención al organizar exposiciones sobre el régimen.

En el caso de la exposición sobre Herzog en el centro cultural de la Avenida Paulista, la exclusión de la fotografía controvertida fue a pedido de la familia del periodista. Ivo Herzog, que tenía nueve años cuando asesinaron a su padre, advirtió que no visitaría la exposición si la foto estuviera expuesta.

"La imagen del suicidio es una estafa y podría transmitir la idea equivocada de que se suicidó", agrega Luis Ludmer, uno de los organizadores y asesor del programa del Instituto Vladimir Herzog.

El periodista Vladimir Herzog - Acervo Instituto Vladimir Herzog/Divulgação

Otra exposición, "Meta-Archive 1984-1985", que abrirá sus puertas a finales de mes en el Sesc Belenzinho, expone de forma más cruda las vísceras del régimen militar.

Los textos e imágenes sobre el tema, delicado teniendo en cuenta el contexto actual, están sufriendo el escrutinio de los niveles más altos de Sesc antes de ser aprobados.

"Hay que tener cuidado para que todo el material relacionado con la dictadura no cause problemas", explica el director de la institución en Sao Paulo, Danilo Santos de Miranda.

Hace hincapié en que el programa no pretende promover la militancia o "causar vergüenza" a nadie. "La idea es exponer los hechos, los documentos sobre la mesa, para generar el debate".

Los documentos, en este caso, son los archivos sobre la dictadura del Memorial de la Resistencia de São Paulo, que ocupa el antiguo edificio de Deops, Departamento de Estado de Orden Político y Social del Estado de São Paulo, en Luz.

Paulo Miyada, comisario del Instituto Tomie Ohtake, que dirigió un programa sobre el 50 aniversario de la AI-5, el decreto que intensificó la represión militar a partir de 1968, el año pasado dice que optó por la recaudación on line para organizar el evento ante la dificultad de obtener patrocinio a través de las formas tradicionales.

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

Lea el artículo original