Hay cinco protagonistas en este samba: los hermanos João Marcelo, de 58 años, Bebel Gilberto, de 53 años, y Luisa Carolina, de 15 años (la más joven representada por su madre, Claudia Faissol), además de Maria do Céu, su compañera durante sus últimos años. Y están luchando en una pelea por el patrimonio de João.
En términos de bienes, hasta ahora todo es bastante pouperrimo. No hay propiedades heredadas, por ejemplo, aunque cada pieza tiene su valor histórico y financiero, como las guitarras.
Pero están los derechos de autor que João recibió periódicamente, entre R$12.000 y R$ 30.000 al mes, y una compensación millonaria que EMI debe al artista y que es objeto de una batalla judicial. Esto es, por cierto, lo único que une a los herederos: todos están de acuerdo en que su padre fue perjudicado por la compañía discográfica.
Otra cuestión a tratar, no cuantificable económicamente, es el amor hacia João Gilberto. Sus hijos y sus amores pasados compiten por quién amaba más y quién fallaba más al artista.
João Gilberto Pereira de Oliveira, de 88 años, murió el 6 de julio. El certificado de defunción no especifica el momento de la muerte ("desconodido"), pero atribuye cinco causas: edema pulmonar, infarto agudo de miocardio, obstrucción intestinal, hernia inguinoescrotal y, más general, enfermedad.
La muerte de Miúcha, su segunda esposa y la madre de Bebel, en diciembre, le afectó mucho. Meses después desapareció su hermana mayor, Dadainha. Y a finales de junio, la gata blanca y negra de João murió.
La lucha dentro de la familia contribuyó a su declive físico. Los primogénitos João Marcelo y Bebel libran disputas legales desde 2017, cuando ella presentó una demanda incapacidad debido a la avanzada edad del padre y su situación financiera: el músico al final fue desahuciado del inmueble de Leblón en el sur de Río.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA