Con la pandemia del nuevo coronavirus, el Carnaval del próximo año es una incógnita. Mientras tanto, los carnavalescos siguen soñando con los desfiles. Sin embargo, los gobernantes ya admiten un año sin la fiesta.
"El trabajo de carnaval comienza pronto. La pandemia nos hizo tener más tiempo para leer, investigar y adelantar la mayor cantidad de trabajo posible, lo que por un lado es bueno", dice André Machado, de 45 años, un artista de carnaval de la Colorado do Brás, una escuela de São Paulo del grupo especial. "Pero estoy creando y desarrollando todo en medio de mucha incertidumbre, y eso me deja un poco desanimado", dice.
Después de realizar una serie de pesquisas, Machado está haciendo dibujos y modelos para el tema de la escuela, que rendirá homenaje a la escritora Carolina María de Jesús. "Esta maqueta es para dar una idea de cómo sería una favela [en Brasil] en la década de 1960, para comprender mejor [esta parte del tema]", explica.
"¿Cuántas personas viven profesionalmente gracias al carnaval? Eso es lo que me preocupa. El carnaval no es solo una fiesta, es el mayor evento cultural de Brasil", explica Jorge Freitas, un carnavalesco de la Mancha Verde.
El presidente de la Liga Independiente de Escuelas de Samba de São Paulo, Sidnei Carrioulo, comentó a Folha que no hay una decisión oficial sobre el asunto, que, según él, se analizará sin prisa.
"Diría que agosto es el 'mes límite' para que sepamos si habrá o no Carnaval. Pero primero, debemos preocuparnos por nuestra salud", dice.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA