La primera tabla del atleta de Kitesurf Mitu Monteiro, de 36 años, fue fabricada con un saco de papas unido a boyas de óleo. Apenas tenía seis años. Nacido en la isla de Sal, un bastión del deporte, el caboverdiano creció viendo a los turistas navegar.
Sin dinero para comprar el equipo, consiguió aprender a usar uno de ellos a los 17 años, cuando un instructor italiano lo invitó a tomar una cometa y subir a la tabla.
Desde ese día, nunca ha dejado de navegar. Ganó su primer Mundial en 2008 y es uno de los principales nombres en el kitesurf.
Es uno de los participantes que compiten en el Ceará Kite Pro, la última etapa del circuito mundial en la categoría strapless, que comenzó el martes (12) y continúa hasta el sábado (16) en la playa de Prea, a 12 km de Jericoacoara, Ceará. El lugar es considerado uno de los mejores del mundo para practicar el deporte.
El principal desafío de la disciplina, en el que los surfistas realizan maniobras aéreas, es mantener el dominio de la tabla, que surfea suelta bajo los pies. El desempeño del deportista en el agua es evaluado por jueces.
"En 2007, quería dejar de fumar porque era demasiado caro. Trabajé seis meses y el dinero que gané, 150 euros al mes, no daba para mucho. Todo aquel dinero lo invertí en viajes, pero lo gasté en el primero [viaje]" , dice Mitu.
Después del título en 2008, firmó patrocinios y no tuve que preocuparse más por la financiación de sus giras.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA