Al brasileño le gusta tanto el corazón de pollo que no sobra para exportación

El consumo entre los brasileños es tan común que se trata de la única parte del pollo que no puede ser exportada

Marcelo Toledo
Ribeirão Preto (SP)

Toneladas son servidos diariamente en las parrillas de todo el país. En las esperas, es el bocado más solicitado. Hay quien los prefiere en la pizza e incluso en la hamburguesa. 

No importa cómo se sirve, el corazón de pollo es una deleite nacional. El consumo entre los brasileños es tan común que se trata de la única parte del pollo que no puede ser exportada.

Brasil produce cerca de 6 mil millones de pollos al año, según la ABPA (Asociación Brasileña de Proteína Animal), de los cuales el 70% se concentra en el Surregional que llega a importar corazones para suplir la demanda local. 

Toneladas de corazoncitos de pollo son servidos diariamente en las parrillas de todo el país
Toneladas de corazoncitos de pollo son servidos diariamente en las parrillas de todo el país - Folhapress

Sólo en Río Grande do Sul, Santa Catarina y Paraná, donde comer corazoncitos forma parte del hábito cotidiano, se consumen al menos 4,2 mil millones de unidades anuales.

Pero otras regiones también se rinden al plato.

En los nueve locales de la red de brasearías Fogo de Chão se comen de 3 a 4 toneladas de corazones al mes. La carne está en el  "top cinco" de la red, que tiene el lomo bovino como líder de preferencia. 

Además del alto consumo interno, hay otro motivo por el que el país no exporta la víscera: la ausencia de un mercado comprador.

Otras partes del ave tienen mercados fáciles en el exterior. Pies, patas y alas de pollo son muy vendidos a China, mientras que el hígado y la carrilladas se envían a Oriente Medio y Europa. 

Japón, por ejemplo, compra el cartílago de la rodilla del pollo para el consumo humano.​​

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

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