La renta per cápita del brasileño podría ser hasta un 17% más baja actualmente si el país no hubiera abierto sus puertas a la inmigración en el pasado, de acuerdo con un estudio recién publicado por el Ipea (Instituto de Investigación Económica Aplicada).
En el estudio, los investigadores Daniel Lopes y Leonardo Monasterio, también profesor de la Universidad Católica de Brasilia, calcularon lo que sucedería con la renta de los brasileños si, en lugar de descendientes de inmigrantes, sólo hubiera blancos con apellidos ibéricos.
El punto de partida fue un "diccionario de apellidos" recopilados a partir de 1,7 millones de registros de ingreso de inmigrantes. Gracias a este y programas de inteligencia artificial, se determinó la ascendencia de 165 millones de brasileños de diferentes estratos sociales.
Identificados los orígenes, calcularon estadísticamente el impacto de la ascendencia inmigrante utilizando dos medidas: la renta per cápita de los municipios brasileños y los salarios de los trabajadores formales.
La ganancia asociada a la participación de los japoneses es especialmente relevante. Por cada 1% de descendientes, el ingreso per cápita municipal sube R$ 23 (US$ 5,9).
Otra estimación fue hecha a partir de datos individuales de trabajadores del sector privado, de 23 a 60 años, con carga de al menos 40 horas semanales.
En esa etapa, el impacto se mostró aún mayor. Individuos con apellidos japoneses reciben salarios un 17,8% más altos que los de apellido ibérico. Los italianos un 6,5%, los alemanes, un 7,7% y la población de Europa del este, un 7,2%.
Para Monasterio, estudiar el efecto de la inmigración tiene relevancia actual: "Brasil todavía es muy cerrado y es importante entender que el inmigrante contribuye a formar el tejido económico de la sociedad".
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA