La propuesta de reforma de las Pensiones enviada por Jair Bolsonaro al Congreso mantiene en activo durante más tiempo a profesionales mayores. No obstante, el proyecto trae un elemento adicional: incentiva la contratación de jubilados.
De acuerdo con especialistas en el mercado de trabajo, esta inesperada combinación animará a los más jóvenes -en especial a los menos cualificados- a aceptar empleos con menos derechos.
La tasa de paro medio cerró 2018 en un 11,6%, pero entre los jóvenes de 18 a 24 años pasó del 25%.
Las nuevas reglas proponen edades mínimas de jubilación de 65 años para hombres y 62 años para las mujeres y un período de aportación mínima de 20 años.
Además, el texto prevé medidas de incentivo para quien emplee a un trabajador que ya se haya jubilado.
De acuerdo con el abogado Luiz Guilherme Migliora, los más jóvenes se verán empujados a asumir la otra propuesta del actual gobierno, aún en gestación, la llamada cartilla verde y amarilla, que observará reglas laborales más flexibles.
Clemente Ganz Lúcio, director técnico del Dieese (Departamento Intersindical de Estudios Socioeconómicos), refuerza que mantener a los mayores trabajando no será una tarea sencilla.
"El riesgo es que muchos lleguen a los 60 años sin trabajo y no tengan una protección contra la pobreza", dice.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA
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