Un documento interno de Vale estimó, en octubre de 2018, cuánto costaría, cuántas personas morirían y cuáles serían las posibles causas de un eventual colapso de la represa de Brumadinho (MG), que se acabó rompiendo el 25 de enero, dejando al menos 165 muertos.
El informe es utilizado por el Ministerio Público de Minas Gerais en un proceso civil público en el que exige la adopción de medidas inmediatas para evitar nuevos desastres, ya que diez represas, incluida la de Brumadinho, estarían en peligro, según el documento de la propia minera.
Vale cuestiona a la Fiscalía y dice que el estudio se refiere a estructuras que recibieron recomendaciones de mantenimiento, que ya estarían en curso. La empresa defiende además que la represa de Brumadinho no corría riesgo inminente.
El estudio calcula que un eventual colapso provocaría más de cien muertes –por el momento, las autoridades contabilizan 165 fallecidos y 155 desaparecidos. La cifra fue calculada sobre un hipotético escenario de rotura durante el día y correcto funcionamiento de los avisos de emergencia.
La mayor parte de las víctimas estaban en el comedor y en la sede administrativa de la mina del Córrego do Feijão, donde se encuentra localizada la represa que se rompió. A principios de mes, un reportaje sacaba a la luz que el plan de emergencia de la represa preveía la inundación de estas estructuras.
De acuerdo con el estudio de Vale, llamado Resultados de la Gestión de Riesgos Geotécnicos, los costes del rompimiento de la represa número 1 de la Mina podrían ascender a US$ 1.500 millones (cerca de R$ 5.600 millones).
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA
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