El escenario diseñado tras caída de los tipos de interés, la aprobación de la reforma de la Seguridad Social y la tregua en la guerra comercial empujaron el índice de riesgo de Brasil al nivel más bajo desde el 13 de mayo de 2013.
El indicador sirve como un termómetro informal de la confianza de los inversores en las economías, especialmente las emergentes.
La última vez que se alcanzó la marca de 117 puntos, las grandes manifestaciones populares de 2013 aún no se habían celebrado.
Las protestas marcaron el comienzo de la agitación política y también el ciclo económico que resultó en una larga recesión de la que Brasil aún no ha podido recuperarse por completo.
Para los analistas, el mercado internacional ha visto potencial en el país, pese a las previsiones de crecimiento de alrededor del 2% para el próximo año, un nivel considerado bajo.
Algunos economistas creen que con este nuevo panorama puede mejorar la calificación brasileña por parte de las agencias de riesgo.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA