Bodegas de Brasil adoptan la cosecha de invierno y acumulan premios

La doble poda de la parra aumenta la sofisticación de los vinos producidos en SP y MG

Boa Esperança (MG)

La historia comenzó hace 13 años, cuando un agricultor sufrió un ataque al corazón y el médico le recomendó el consumo diario de una copa de vino.

Tres años después, la familia de Eduardo Junqueira Nogueira Junior comenzó a producir su propio vino en Boa Esperança, en el sur de Minas Gerais, donde nadie había plantado uvas.

En la ciudad cafetera, los cambios en la cosecha hicieron que el vino local alcanzara un grado de sofisticación que le valió algunos premios. Pero el caso no es único.

Otras bodegas de São Paulo también adoptaron la poda doble de los viñedos, transfiriendo la cosecha de verano, como ocurre tradicionalmente, al invierno.

Plantación de la vid, en Boa Esperança (MG).(Foto: Eduardo Anizelli/ Folhapress, AGÊNCIA) - Folhapress

En ese momento, el período de maduración de la uva ocurre en días soleados, con noches frescas y suelo relativamente seco, un escenario, destacado por los especialistas, como fundamental para la maduración perfecta de las uvas y la calidad de los vinos.

Otra ventaja es que se reduce el riesgo de plaga de hongos.

Para el empresario Luis Roberto Lorenzato, de Marchesi di Ivrea (Ituverava, SP), el calor de la región no es un obstáculo. "Italia tiene ciudades donde la temperatura alcanza los 50ºC, como Bolonia. Hay una teoría que propaga la gente del sur sobre la necesidad de temperaturas frías, por temor a que la vendimia se marche a otras regiones. Pero a la uva también le gusta el calor. Donde hay buen café, hay buenos buenos vinos", explica.

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

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