Por tercer año consecutivo, los economistas del gobierno y del sector privado comienzan enero con optimismo y esperan que la economía brasileña crezca por encima del 2%, dejando atrás el casi estancamiento que experimenta el país desde que salió de la recesión 2014-2016.
El tan ansiado "ahora sí" se ha visto frustrado en los últimos dos años por cuestiones como el retraso en la aprobación de las reformas fiscales, las incertidumbres sobre la administración de Jair Bolsonaro, la crisis argentina y la desaceleración de la economía mundial.
Estos son los mismos factores que amenazan, en 2020, la recuperación más fuerte de la actividad económica, que se ha visto recalculada desde el comienzo de la segunda mitad de 2019, en parte anabolizada por la liberación de recursos FGTS que dieron gas al consumo.
Sin embargo, los analistas dicen que los riesgos ahora son menores y los incentivos para la recuperación económica son mayores.
2020 comienza con un estímulo importante en comparación con años anteriores: la reducción de la tasa Selic (tipos de interés) a niveles históricamente bajos (4,5% por año). Además, la aceleración del consumo se observó en los últimos seis meses, lo que da aliento al comercio y puede llevar a la reposición de existencias en la industria.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA