Después del discurso del presidente Donald Trump que amenazó con represalias comerciales si Brasil no reduce los aranceles de importación al etanol estadounidense, los negociadores brasileños comenzaron a plantear argumentos para tratar de frenar la ofensiva de Estados Unidos, que debe intensificarse a finales de agosto.
El principal de estos argumentos, discutido entre técnicos del gobierno y líderes agroindustriales, es trasladar a los estadounidenses que el gobierno de Jair Bolsonaro se compromete a atender la demanda del fin de las barreras a la importación, siempre y cuando Washington haga lo mismo con el azúcar brasileño exportado a Estados Unidos.
Así como lo hace Brasil con el etanol extranjero, los estadounidenses también tienen una cuota para la entrada de azúcar al país. Según Unica (Unión de la Industria de la Caña de Azúcar), lo que sobrepasa esta cuota límite se grava un 140%, según los productores nacionales. De acuerdo con ellos, esto mata la competitividad del producto en el mercado estadounidense.
Brasil aplica una cuota de 750 millones de litros al etanol estadounidense que entra en el país. A esta cantidad no se le impone el tributo de importación. Ya al excedente se le suma un cargo del 20%.
No obstante, todo el etanol brasileño exportado a Estados Unidos lleva incluida una tasa del 2,5%, según interlocutores del gobierno.
La idea de los miembros de la administración Bolsonaro es utilizar este argumento precisamente para rebatir la "reciprocidad" a la que apela Trump en las relaciones comerciales.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA