Aquellos que han cursado una enseñanza secundaria privada y una universidad pública, la realidad de una minoría de brasileños, consiguen, una vez en el mercado laboral, salarios más altos. No obstante, la brecha salarial no es proporcional entre los perfiles de estas modalidades de enseñanza que son a priori más valoradas, de acuerdo con un estudio de Insper.
Y es que incluso entre los que recibieron una educación superior pública, el hombre blanco gana de media casi un 160% más que una mujer negra (considerando la suma de negros y mestizos).
Y esta diferencia no solo está relacionada con la elección de carreras, ya que incluso dentro de la misma profesión los hombres blancos mantienen la ventaja de ingresos.
Por ejemplo, entre los médicos licenciados por una universidad pública, un hombre blanco gana una media de R$ 15,1 mil, un negro R$ 10,6 mil, una blanca R$ 6,6 mil y una negra R$ 6,4 mil.
“Hay una estratificación muy clara: el blanco gana más, después el hombre negro, la blanca y finalmente la negra. Incluso dentro de la misma ocupación y habiendo cursado una universidad pública, de renombre”, observa Naercio Menezes Filho, uno de los autores del estudio, junto a Beatriz Ribeiro y Bruno Komatsu.
“Esto muestra la discriminación que sufren negros y mujeres al acceder a trabajos bien remunerados o puestos de liderazgo dentro de esas carreras. Incluso haber completado la educación superior no parece ser suficiente para romper esta barrera ”.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA