Los altos precios junto a la tasa de desempleo récord ya privan al brasileño más pobre de los alimentos básicos del país: arroz y frijoles.
El aceite de soja, los frijoles y la carne se han cambiado por manteca, lentejas y huevos debido a la inflación que ha impactado en la cesta básica de alimentos. Y el arroz partido ha reemplazado al grano entero.
Las frutas y verduras ya se habían eliminado del menú diario. Posteriormente, las personas en situación de inseguridad alimentaria abandonaron la carne y los lácteos, según la Red Brasileña de Investigación en Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional.
Con un índice de paro del 14,7% en el trimestre finalizado en abril y la reducción de las ayudas de emergencia, el consumo de carne de vacuno se redujo un 40% en ciudades como Cuiabá, tras haber sido sustituido por el pollo. En todo el país, la adopción de huevos en la dieta creció un 9%.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA