Sin el pasacalles de carnaval, la diversión es para los que pueden pagar fiestas privadas

La oferta de eventos particulares y los ingresos caros proliferan a pocos días de las festividades

Mariana Zylbercan

Siendo el segundo Carnaval en medio de la pandemia del Covid, las restricciones sanitarias en las grandes ciudades han generado lo que estudiosos de la cultura popular y organizadores de eventos catalogan como una especie de segregación social.

Critican lo que se llama "cancelación selectiva", que, en efecto, define directamente lo que tenemos y lo que no tenemos.

El reciente avance de la variante ómicro, que provocó una curva ascendente de infectados, se debe a que las alcaldías de los dos principales destinos carnavaleros del país suspendieron los desfiles de los pasacalles.

Por otro lado, el avance de la inmunización y la creación del certificado de vacunación se basan en lahan permitido las fiestas a puerta cerrada, siempre que se sigan los protocolos sanitarios.

Según el Ayuntamiento de São Paulo, en los pasacalles es imposible exigir y comprobar el certificado de inmunización.

Consultado sobre cómo se realizará la inspección de locales privados, el alcalde dijo que los agentes de Vigilancia Sanitaria realizan operaciones diarias.

Las entradas de estas fiestas rondan ya los R$ 700 en ciudades como São Paulo, Río de Janeiro, Salvador y Belo Horizonte.

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

Lea el artículo original