El mega aumento de los precios de los combustibles anunciado este jueves (10) por Petrobras y su efecto en los costos de transporte amenazan con empujar la economía a un ciclo de deuda pública, dólar alto y alimentos.
El insólito reajuste de la proporción -18,8% para la gasolina, 16,1% para el gas de cocina y 24,9% para el diésel- fue provocado por el alza de los precios del petróleo ante la guerra en Ucrania y el boicot internacional a Rusia.
La gasolina vendida por Petrobras representa el 73% del combustible vendido en el surtidor, lo que deja un impacto de R$ 0,44 por litro para quien lo abastece y sitúa el precio medio nacional a cerca de R$ 7 por primera vez.
Con esto, la proyección de inflación al consumidor medida por el IPCA este año pasa, según economistas, a 7,5% -hay bancos que pronostican 8,5%. En el mejor de los casos, está 1,5 puntos porcentuales por encima de la estimación actual.
El ministro Paulo Guedes (Economía) descartó cambiar la política de precios de Petrobras, pero admitió que el gobierno está considerando subsidiar el diesel a través del Tesoro Nacional si la guerra continúa.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA