Un día después de que su directorio rechazara las presiones del gobierno de Jair Bolsonaro (PL) para posponer el reajuste de combustible, Petrobras aumentó la gasolina un 5,2% y el diésel un 14,2%.
Temiendo un impacto electoral en su ya problemática campaña de reelección en octubre, Bolsonaro dijo que la empresa estatal "puede hundir al país en el caos", recordando la huelga de camioneros de 2018 que paralizó Brasil.
Acusó a la gestión de la petrolera de "traición a la patria" y defendió una CPI contra ella. La política de precios de la empresa es objeto de controversias.
Petrobras llevaba sin reajustar la gasolina 99 días. El diésel acumula un alza del 68% este año, frente a una inflación general del 4,7%.
Esto también ha generado las críticas de políticos como el principal rival de Bolsonaro en la carrera presidencial, Luiz Inácio Lula da Silva (PT).
Aliado del Planalto, el presidente de la Cámara, Arturo Lira (PP-AL), dijo que "va pelear" contra la medida.
La agitación provocó el desplome de las acciones de Petrobras, lo que empujó al mercado de valores por debajo de los 100.000 puntos por primera vez desde 2020.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA