Un gran número de venezolanos han dejado Roraima y han vuelto a su país de origen en autobuses, contratados en la capital Boa Vista. Después de cruzar la frontera, son trasladados en otros vehículos a sus regiones de origen.
El Gobierno de Roraima, estado fronterizo y puerta de entrada de los inmigrantes, considera el número pequeño cerca del total de extranjeros que se encuentran en el Estado, que declara que alberga al menos a 40 mil venezolanos.
Esta repatriación a cuentagotas no cuenta con la participación del gobierno local, según la gobernadora Suely Campos (PP). Su gestión alega que en ningún momento fue buscada por Venezuela para colaborar en la operación retorno.
En septiembre, sin embargo, había anunciado que el Estado pagaría autobuses hasta la frontera para aquellos que desearan regresar beneficiándose del programa de repatriación del dictador Nicolás Maduro.
Según Caracas, entre los motivos alegados por quien quiso volver están la xenofobia sufrida en el país de destino, los abusos laborales, el desempleo, problemas de salud y dificultades económicas.
En las calles de Boa Vista, extranjeros oídos por Folha aseguran que no tienen interés en regresar pese a las condiciones económicas y sociales en el país.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA