En busca de la reelección, Donald Trump, el presidente más controvertido de la historia de Estados Unidos, somete la democracia del país a su mayor prueba de resistencia desde la Guerra Civil, de 1861 a 1865, cuando los estados del sur lucharon contra los del norte para mantener la esclavitud.
Debido al resultado de encuestas nacionales, Trump ha arrojado dudas sobre la integridad de las elecciones de este martes (3), afirmando, sin pruebas, que el voto por correo puede facilitar el fraude electoral. Con un bajo índice de irregularidad, esta opción de voto, que ya era bastante común en el país, ha sido más utilizada debido a la pandemia.
Lo curioso es que el presidente republicano tampoco dice si aceptará la derrota del demócrata Joe Biden, presiona a su gobierno para que investigue a su rival y demuestra que quiere hacer que la Casa Blanca libre una disputa legal.
Para los exasesores, la polarización alimentada por Trump puede volverse tan radical que quizás los comicios no sean suficientes para restaurar la fuerza de la democracia en el país, que atraviesa una crisis sin precedentes y una pandemia que ya ha matado a casi 230.000 estadounidenses.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA