Para evitar un acto que sin duda se interpretaría como una crítica al presidente Jair Bolsonaro, la cúpula de Itamaraty celebró la ceremonia anual de graduación de los nuevos diplomáticos prácticamente a escondidas.
El evento, que marca la conclusión del período de estudios en el Instituto Rio Branco, la escuela de formación de diplomáticos, es uno de los más importantes del calendario del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Tradicionalmente, la ceremonia cuenta con la participación del presidente de la República y diversas autoridades, además de la cobertura de prensa.
Sin embargo, el acto de este miércoles (1º) acabó siendo una situación embarazosa para el canciller Carlos França. Esto se debe a que, en una votación interna, los diplomados eligieron honrar al embajador José Jobim (1909-1979) y nombrarlo su patrón.
En 2018, el Estado brasileño reconoció que Jobim había sido asesinado por la dictadura militar. Poco antes, el diplomático había manifestado que iba a denunciar los casos de sobrefacturación detectados en las obras de construcción de la Central Hidroeléctrica de Itaipú.
De acuerdo con la dirección de Itamaraty, era inviable contar con la presencia de Bolsonaro, un entusiasta del régimen militar, como invitado principal de la ceremonia de este año. Y es que el homenaje al embajador Jobim se entiende como una crítica indirecta hacia el mandatario. Asimismo, el acto se mantuvo cerrado a la prensa y no se llevó a cabo su retransmisión.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA