Es difícil para Estados Unidos dar lecciones de diversidad al resto del mundo porque ellos también tienen mucho trabajo que hacer.
Eso es lo que admite Gina Abercrombie-Winstanley, de 64 años, quien asumió en abril la recién creada jefa de Diversidad e Inclusión en el Departamento de Estado de EE. UU., Nueva en la administración de Joe Biden.
"Como Estados Unidos no es perfecto, no hay nación por la que podamos predicar y decir 'debes hacer esto o aquello'", dijo a Folha, en una conversación en la residencia del cónsul general de su país.
Durante su visita a São Paulo, la diplomática no se encontró con muchos negros como ella.
"Me di cuenta de que la mayoría de las personas que vi eran blancas. Y sabiendo que la población está cerca del 50% -50% [entre negros y blancos], me pregunté: '¿Dónde están todos los demás?'".
Abercrombie-Winstanley una vez definió al Departamento de Estado como "blanco, masculino y de Yale", una de las universidades favoritas de la élite estadounidense.
Aunque la situación está cambiando, hay mucho camino por recorrer, dice. "No estamos donde deberíamos estar".
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA