La invasión de Ucrania por parte de las tropas rusas hace dos semanas dejó en estado de shock al bailarín brasileño Víctor Caixeta, de 22 años, en Vladivostok, en el este de Rusia.
Mientras los tanques de Vladimir Putin rodeaban Kiev, crecía la angustia de su compañera de escenario, la ucraniana Yekaterina Chebinika.
Hace unas semanas, la pareja de bailarines estuvo en la última estación del Transiberiano para las representaciones de "La Bayadère", en el Teatro Primorsky, filial del Balé Mariinsky. Con miedo, regresaron a San Petersburgo.
Allí, todas las mañanas los brasileños enfrentaban colas en los bancos, que ya no tenían dólares ni euros para atender la demanda de la población.
Decidió salir del país. "Perdí todo lo que soñé en mi vida, todos los estrenos programados para este año. Dejé mi apartamento en San Petersburgo completamente amueblado", dice Caixeta. "Metí cinco años de Rusia en una sola maleta".
Con su novia y su perro, tomó un autobús a Tallin, la capital de Estonia, y ahora se encuentra en Berlín, viviendo con amigos.
Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA