Los edificios ocupados de São Paulo suponen un serio riesgo

03/05/2018 - 13h36

La dirección de la calle de Carmo, al lado de la plaza de la Sé, en el centro de São Paulo, es la residencia de Wanderson Obispo, 19. Una vivienda dentro de un esqueleto de un edificio particular que al igual que el que se desplomó la madrugada del martes (1) tras ser devorado por las llamas durante 90 minutos, también cuenta con 24 plantas.

Es un inmueble que se quedó a medio camino entre la construcción y su ruina. Si las obras se hubieran concluido, actualmente sería un edificio-garaje.

El edificio es sólo uno de 70 ocupados que serán inspeccionados por un equipo de trabajo municipal, según anunció el alcalde Bruno Covas (PSDB) tras el derrumbe del edificio ocupado por sin techo en el Largo de Paissandú.

El derrumbe del edificio fue clasificado por el gobernador Márcio Francia (PSB) como una "tragedia anunciada".

La situación precaria del inmueble ya había sido denunciada por vecinos y confirmada por inspección de los bomberos. Sin embargo, no hubo interdicción ni desocupación.

	Fábio Vieira/Fotorua/Folhapress
	Los bomberos trabajan en los escombros de un edificio que se incendió y colapsó

La mayoría de los inmuebles invadidos son administrados por una de las decenas de siglas que representan movimientos de defensa del derecho de vivienda. Entre los más conocidos están la FLM (Frente de Lucha por Vivienda), el MTST (Movimiento de los Trabajadores Sin Techo) y la UMM (Unión de los Movimientos de Vivienda).

Hay algunos que cubren alquiler - o tasas de contribución, como lo suelen llamar. Los precios varían de un inmueble a otro, así como la calidad del mantenimiento de las áreas y la instalación de los elementos de seguridad.

Para el profesor Paulo Helene, titular de la Escuela Politécnica de la USP y especialista en patologías de las construcciones, los riesgos a que están sujetos residentes de edificios antiguos ocupados son inmensos.

Traducido por AZAHARA MARTÍN

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