La pandemia no inhibe el ocio nocturno en São Paulo

La amenaza de la ruina financiera lleva a los profesionales a promover noches que incumplen las medidas sanitarias

São Paulo

Justo el fin de semana en el que Brasil llegó a las 120.000 muertes por el coronavirus, los promotores de ocio nocturno de São Paulo enviaron a sus contactos una invitación prometiendo una fiesta inolvidable.

"No dejaremos de celebrar nuestra fiesta este 'finde'. Más que eso, celebraremos una edición con el mejor 'rollo' de esta cuarentena!" La noche prometía comenzar en una fábrica de Ipiranga y acabar en la piscina de una discoteca a la mañana siguiente.

Fiesta de música eletrônica en el barrio de Luz. (Foto: Ale Ruaro/Folhapress)

Además de las listas de contactos de las aplicaciones de mensajería, aquellos que viven en la ciudad del país con más muertes por la covid-19 y no renuncian a disfrutar de una pista de baile sin máscara, como si no estuviéramos inmersos en una pandemia, solo tienen que darse una vuelta por las redes sociales para descubrir la programación nocturna.

Desde las afueras hasta el céntrico barrio de Jardins, los clubes nocturnos de São Paulo anuncian fiestas de música electrónica, funk, hip-hop y espectáculos de pagode en Instagram y Facebook.

Una de las soluciones que diseñaron los establecimientos para reabrir, cumpliendo las medidas gubernamentales de los estados, fue promover cenas animadas, en las que un grupo de amigos reserva mesa y puede disfrutar, eso sí sentados, del set de un DJ. Es el caso de Sutton, restaurante y bar, ubicado en la Avenida Brigadeiro Faria Lima, un local al que suele acudir gente adinerada. El problema es que muchos de los clientes incumplen las normas, convirtiendo la cena en una fiesta.

El circuito de fiestas para la clientela de alto poder adquisitivo también incluye fiestas de música electrónica en una nave abandonada en el barrio de Brás, un local tradicional para la celebración de festivales de techno y house.

Los bares y discotecas llevan cerrados desde mediados de marzo, cuando el gobierno de São Paulo decretó la primera cuarentena en el Estado. Casi seis meses después, los eventos con gente de pie y otras actividades que generan aglomeración siguen prohibidos, causando un inmenso daño económico al sector del ocio. Y es que, según reza la normativa, las discotecas solo pueden funcionar como bares o restaurante.

Traducido por AZAHARA MARTÍN ORTEGA

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